Perfecta síntesis de una misma

Vale, precisamente la palabra “sencilla” no es la adecuada para describirme. Si alguien se piensa las cosas un millón de veces antes de hacerlas, esa soy yo. Incluso las más fáciles. Y por eso algunas veces no acierto, eso me pasa por pensar demasiado.  Tengo tropecientos vicios, a cada cual más raro, como el de reírme sola como una loca mientras recuerdo tonterías. El vicio de vivir constantemente en mi mundo. De no parar hasta caerme, o hasta que consigan pararme. De ponerme seria, mucho más seria de lo que soy. De escuchar la misma canción muchas veces, hasta odiarla. De escribir frases y textos sueltos por todos lados. El vicio de hacer lo posible para sentirme mejor. El de no sentirme mal cuando estoy triste, sino el de disfrutar un poco de la tristeza. 

El vicio de quedarme mirando fijamente a la gente que tengo alrededor e inventarme sus historias. El vicio de soplar al aire cuando hace frío. El de dormir y soñar rarezas, soy capaz de inventar otro mundo. El vicio de adentrarme en libros durante horas y horas y vivir las historias, de sentirlas totalmente mías y leer poco a poco para no llegar nunca al final. El vicio de fallar en cosas fáciles y acertar las difíciles, una y otra vez. De sentarme atrás en el coche y pensar en nada. Tengo el vicio de siempre creer que no me van a fallar. Y el de empezar las cosas por su final. 

El de dar siempre todo de mí,  sin temor a que me puedan dañar algún día. Pero creo que mi forma de ver la vida tiene cosas buenas y cosas malas, como todo. Soy insegura, muy insegura. Seria y responsable. Cada día intento dar un pasito más. Adicta a los besos. Amor tengo mucho para dar, aunque me hayan hecho daño. Pienso y me pregunto cosas que nadie más piensa ni se pregunta. Tengo debilidades imposibles de ocultar. Voy más allá de cada gesto, cada mirada. Tengo la maldita manía de buscar un por qué a todo lo buscable. La música es parte de mis sonrisas. Tengo gustos dulces y salados. Adoro pasar las horas sola, aunque no demasiado. Ofrezco buenos consejos, que luego no me aplico. Tengo manías merecedoras de millones de collejas. A veces soy algo cobarde. Paso miedo por cosas que ni siquiera existen. Imaginación no me falta. Convencida de que no me van a fallar…..hasta que lo hacen. Es entonces cuando vuelvo a empezar.

Como ahora.