Siempre quise ser caballera andante.

Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?


En realidad, no sé de dónde me viene esta afición al Quijote. Solo sé que me enamoré de él cuando solo tenía 14 años y que ahora estoy realizando una investigación sobre la obra. Y cuanto más la releo, más me encanta. Si alguien de verdad lee este blog, desde aquí le obligo a que se lea esta maravilla literaria, cumbre no solo en las letras hispánicas, sino que también sirve de ejemplo en las literaturas internacionales, llegándose a concebir Cervantes, junto a Shakespeare, uno de los más grandes escritores de todos los tiempos. Y por eso estoy deseando que sea julio para hacer la ruta Cervantina por Toledo y el Toboso. Oh si.