Ella llegó un día caluroso de verano, hace ya 20 años. Y con su llegada, iluminó una casa entera, desde el primer hasta el último rincón. Era la perfecta compañera de juegos por la que esperé nueve meses que terminaron en un rayo de luz. Ya estaba aquí. Y desde entonces, las dos hermanas no se separaron nunca.
Tremenda experta en inventar absurdeces e historias irrisorias, es la pequeñita de la casa. Pequeña solo en edad, porque en estatura creo que será la mayor. Ella no se complica la vida, quiere algo y lo consigue. Porque es así. Su valentía y su fuerza han hecho de ella una mujer importante, incluso asistió a un congreso internacional. Ala, porque ella lo vale.
A pesar de que aparenta madurez, a mí no me engaña ni un segundo: sigue siendo una niña. Las risas con ella, están garantizadas, eso es seguro. Que la vida es menos vida si ella no está y la fiesta es menos fiesta si ella no baila. Un día dijo que quería ser psicóloga y ahora ya va trabajando su sueño. Así que entre libros de psicobiología, memoria o educación ella se debate las tardes. Paradojas de la vida: una loca estudiando psicología.
Estilo, no le falta. Ganas de cachondeo, tampoco. Rockera quiere ser, el negro, su color favorito. ¿Rockera? ¿Y escucha baladas de amor? Algo falla. La guitarra: su gran amiga desde hace varios años. Y sé que algún día estaré presidiendo un salón donde ella será la artista protagonista.
Cursi hasta la médula, es mi compañera de fatigas. Porque siempre me recibe con la misma sonrisa cuando vuelvo de la facultad, aunque sean las 10 de la noche. Amiga de sus amigos, se merece más que nadie ser feliz. Y lo será. Alguien como ella no puede estar nunca triste, no.
Yo te prometo que te ayudaré a memorizar los nombres y elementos tan raros que te hacen estudiar. Prometo seguir acompañándote a los conciertos y firmas de discos de tu cantante favorito y estar cinco, seis o las horas que haga falta de pie. Prometo dejarte hurgar en mi armario. Prometo escuchar y aplaudir tu progreso con la guitarra. Prometo….lo prometo todo, ya lo sabes.
A cambio, solo pido una cosa. Fácil y sencilla: que estés conmigo siempre. Porque sin ti, ten muy claro, amiga mía, no merece la pena nada.
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