Y ahora le hablo a esa otra parte de mi. A ti. Al que estuvo antes de todo, al que se fue, al que sigue aquí, al que creo que nunca se irá. Hacía mucho tiempo que no hablaba para ti. Y quién me lo iba a decir a mi hace tan solo 3 meses, que yo conseguiría pasar un día entero sin que tú te pasearas por mi mente. Y ahora mírame.
Me quedé esperando a que volvieras. Y nunca lo hiciste.
Me quedé esperando ese gesto, esa palabra, esa sensación. Y nunca llegó.
Me quedé soñando con nuestro viaje a París. Y París se quedó desierta de nosotros.
Me quedé ensayando canciones en francés. Y las canciones en francés me acabaron por hundir.
Me quedé sola. Muy sola.
Me quedé.
Y ahora de repente, tengo un sol enorme en mi horizonte. Y resulta que ese "tú" ha cambiado de persona. Ya no eres más tú, ahora es otro tú. No se si me entiendes. Solo quería despedirme en cierto modo de ti. Y decirte que ya no te espero en esa estación de autobuses, por si un día, por casualidad, te diese por volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario