Entonces ella se dio cuenta de que había cambiado. No sabía exactamente cómo y cuándo, pero lo sentía. La seguridad en sí misma, la valentía, la fuerza y el coraje habían llegado a ella sin ni siquiera darse cuenta. Porque ahora, no iba a echar de menos lo viejo. No. Ahora se abría ante ella un universo entero de posibilidades. Un millón de sueños. Un millón de oportunidades. Y las quiere alcanzar todas. Porque si algo hay que sacar en claro de este asunto, es que ella tiene un brillo de ojos especial. Y cuando eso pasa, es porque ocurre algo bueno, sin duda.
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