miércoles, 16 de noviembre de 2011

Bienvenida a la era de la pérdida de la inocencia


“(…) Y ahora ella ha crecido. Crecer no solo de estatura, sino por dentro. Había madurado. Los años le habían enseñado muchas cosas, unas buenas, otras malas. Ya no era la niña que quería comerse el mundo de un bocado, ahora se conforma con encontrar su huequito y quedarse ahí para siempre. No quiere grandes éxitos, ni riquezas, ni ostentaciones, no, qué va, solo desea pasar el resto de su vida felizmente junto a la gente que quiere. ¿Es que acaso existe un mayor triunfo que ese? 

Aprendió a querer, pero también a quererse. Los complejos a la basura, que es donde tienen que estar. La sonrisa siempre le acompaña, a veces disfrazada bajo una apariencia fría y seria, pero ella sabe regalarla a todo el mundo, sin excepciones. Algunos dicen que debe callar un poco menos, pero ella es así. Lo observa todo, lo analiza desde dentro y si no habla es porque no quiere. Siguen gustándole los viernes y odiando los lunes, amando el invierno pero detestando el verano.

¿Su momento favorito? En eso tampoco ha cambiado: le encanta sentarse en su terraza al atardecer  en compañía de un buen libro en el que expandir todo su tiempo y su atención durante horas. Y es que ahora le gusta mucho más la soledad, la necesita de vez en cuando, pero a la vez adora saber que los suyos están ahí, que no la dejarán sola. Antes quería tener un millón de amigos, quizás dos, pero ahora sabe que no, que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano. Así ha aprendido a valorarlos y quererlos mucho más, tanto que no imagina su vida sin ellos, sin su sustento.

Ella no es de gustos exquisitos, para nada. Se conforma con un helado, un paseo y una agradable compañía que la haga reír. ¿Y en el amor? Claro que seguía confiando en él, pero un poquito menos. Ella solo creía en los cruces de miradas, y a base de desilusiones había creado una muralla a su alrededor que la había hecho más desconfiada, mucho más. Pero si la rompes, estás perdido. Porque su amor es incondicional, su corazón se entrega hasta el máximo suspiro. 

Y es que ella es piel para que la toques, es historia para que las escribas, sombra para seguirla y canción para que la inventes. Tiene secretos guardados en la comisura de sus labios y es complicidad en cada confesión. La guerra no acaba si no es ella la que gana, para conocerla, hace falta más de una vida, pero menos de dos (…)”


1 comentario:

  1. NO tengo palabras. Solo diré que Ella es la Personita más importante de mi Mundo =)

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