sábado, 20 de octubre de 2012

Todos somos un poco héroes

Ella quiso seguir siendo ella. Con lo suyo. Con lo que gusta y lo que no. Con sus virtudes y sus defectos. Sus manías y sus obsesiones. Sus alegrías y sus tristezas. Quiso seguir siendo su propia heroína. Porque lo heroico no es resultar más útil ni ser mejor. No es tener más dinero y tener más cosas materiales. Lo heroico es sentir. 
Lo heroico se esconde detrás de esa sonrisa grabada durante todo el día.
O detrás de esa lágrima que dejas escapar sin miedo. 
Lo heroico es suicidarte verbalmente con dos palabras que pueden hundirte, o por otra parte, llevarte al cielo. 
Lo heroico es mirar a tu alrededor y ver que nunca te sientes sola. 
Para mi, lo heroico está detrás de una puerta de embarque que me lleva a unos brazos a cientos de kilómetros de aquí para perder la cabeza con esa sonrisa. 
Para mi, lo heroico está en todas y cada una de las personas que me hacen sonreír a diario y que me hacen sentir llena, viva. 
Lo heroico para mi es acostarme de noche y pensar en que soy tremendamente feliz. 

El problema es que la gente no entiende que la felicidad no existe en ningún lugar ni hay que ir a buscarla, porque la felicidad siempre está. En una charla, en un amigo, en una mirada, en una sonrisa. La felicidad es algo tan simple que a veces no nos damos cuenta de que está, y ese es el problema. 


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